Hoy en día todas las actividades que realizamos como transportarnos, y alimentarnos implican consumo de energía, lo que significa aportar a las emisiones de CO2 o carbono a la atmósfera. Esto es la huella de carbono y todos tenemos una.
Para reducir tu huella de carbono en tu hogar, asegúrate que cuando compres un equipo de cocina, lavado, refrigeración o de ambiente, tenga la etiqueta Energy Star. Esta certificación la tienen productos que reducen significativamente el consumo de energía y lo mejor de todo es que puedes ahorrar hasta 1/3 del dinero que tienes destinado para el pago de la luz. Si solamente usas tu lavaplatos con cargas completas, dejarás de producir 45 kilos de CO2 al año. Si tienes aire acondicionado asegúrate de limpiar los filtros regularmente y darle servicio al menos una vez al año para que consuma menos energía para operar.
Sé consciente en el uso del agua, se requiere de una gran cantidad de energía para purificarla y distribuirla, así que no dejes abierta la llave cuando te cepillas los dientes y repara tuberías y escusados de inmediato para evitar fugas. Llevando a cabo estas prácticas se podrán ahorrar miles de litros de agua y la energía que se utiliza para distribuirla.
Cambia tus focos incandescentes por unos de bajo consumo energético. Los tradicionales duran de 6 meses a 1 año, los de bajo consumo hasta 10 años, iluminan igual o mejor y en algunos casos son más baratos que los tradicionales.
¿Sabías que una persona emite 6 toneladas de CO2 al año y que cuando dejas conectado un cargador aún sin conectar tu teléfono, laptop o agenda electrónica, estás consumiendo energía?
Implementa estas prácticas en casa y estarás dejando de producir más de 15 toneladas de CO2 al año.
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