Los hombres no son los únicos que padecen alopecía. La caída del cabello en mujeres también las afecta, y cada vez más. ¿Cuánto influyen los cambios climáticos, el estrés, las hormonas y la alimentación? Los mitos y cuándo empezar a preocuparnos.
Mirá cuántos pelos se me cayeron, voy a quedarme pelada!”, repite Inés con el cepillo y un puñado de pelos en la mano. Y es que en esta época cada vez más mujeres nos preocupamos por la alopecía (caída del cabello). Pero, ¿hasta qué punto nuestra intranquilidad tiene que ver con una realidad patológica?. “Una verdad a tener en cuenta es que con la llegada del frío la caída del pelo es natural, siempre que pasemos de una temporada cálida a una fría, el cabello cambia para defenderse de las inclemencias climatológicas”, explica el tricólogo Miguel Cisterna.
Cada persona cuenta con aproximadamente 120.000 cabellos y, según los expertos, es muy difícil calcular cuántos se pierden por día. “Una caída diaria de hasta 100 pelos está dentro de lo normal –asegura la dermatóloga Adriana Gurfinkiel–, el problema se produce cuando se cae más de lo que crece y los ciclos naturales se alteran, el pelo cae en exceso, al tiempo que no se produce recambio”. Para Miguel Cisterna “no existe un número exacto de caída, todo depende de la densidad capilar y el tipo de cabello que tenga cada uno. Lo que sí debe vigilarse es que, a medida que nos adentremos en la estación, esto se estabilice”. Verificar que no haya problemas es sencillo: la mejor manera es lavar el pelo en la pileta y fijarnos si los pelos perdidos son largos.
“Es que los más viejos han vivido y deben caerse. El problema es cuando se caen los cortos o los más finos”, advierte el tricólogo Cisterna. Germán Schwanek, del Centro de Recuperación Capilar Schwanek afirma que “la cantidad no es algo que se pueda controlar contando. Las mujeres deben mirar si tienen la puntita clara, éso es lo que los une a la raíz, y es normal, si eso no ocurre es que se están desquebrajando. También hay que tener en cuenta que en otoño se produce una renovación natural: el pelo nuevo empuja al viejo y el porcentaje de pérdida aumenta al máximo, hasta llegar aproximadamente a ser el 2% del total”.
Si bien los cambios de temperatura influyen, hay otros detonantes que pueden incidir: “Perder el pelo puede ser síntoma de que algo está mal en el organismo. La persona puede estar con anemia, estrés o con un foco infeccioso poco claro, y es allí donde hay que recurrir sí o sí a un especialista”, aconseja Adriana Gurfinkiel.
Causas de la caída del cabello
Estrés: genera contracturas que impiden una buena irrigación de sangre al cuero cabelludo y una deficiente llegada de nutrientes. El cabello se debilita y cae. “Y el que crece es defectuoso o no hay recambio ya que no permite la multiplicación celular”, explica Germán Schwanek.
Falta de hierro: suele producirse en mujeres con menstruaciones abundantes o que están siguiendo una dieta poco balanceada y pobre en hierro.
Embarazo: el organismo sufre regulaciones hormonales y es común que aparezcan carencias como la descalcificación o falta de hierro.
Post parto: el cuerpo de la mujer sufre cambios y debe volver a equilibrarse. “La caída del pelo es normal hasta pasados tres meses, cuando el funcionamiento de las hormonas se normaliza y se recupera la cantidad de pelo perdida”, tranquiliza Adriana Gurfinkiel.
Menopausia: los cambios hormonales, la disminución del nivel de estrógenos y el aumento de la testosterona influyen sobre el folículo piloso. Un tipo de alopecía –en el área frontal– que puede haber comenzado desde la tercera década se acentúa más, especialmente en mujeres con cabello finito.
Exceso de tintura: no permite que el sebo nutra al cabello y al no poder hacerlo, las fibras se cortajean y se florecen o caen.
Trastornos en las tiroides: estas glándulas son fundamentales en todo lo que se refiere a la regulación del metabolismo. La caída del pelo aparece como un síntoma tanto del hiper como del hipotiroidismo.
métodos de recuperación del cabello
Suplementos dietéticos: a base de aminoácidos, hierro y vitaminas, para casos relacionados con la alimentación.
Mesoterapia: son pequeñas microinyecciones en el cuero cabelludo que introducen sustancias como pantenol, biotona o derivados hormonales que estimulan el folículo sebáceo y favorecen la microcirculación.
Gimnasia capilar: ejercita el cuero cabelludo, estimula al organismo de manera natural a través de ultrasonido, calor inducido y bioláser ayudando a aumentar el grosor del cabello y fortalecerlo.
Ondas capacitativas: estimulan la circulación del cuero cabelludo y permiten que los diferentes productos –lociones y máscaras– actúen mejor.
Como prevenir la caída del cabello
No exageres con los planchados con ácido, son muy agresivos.
Espaciá el tiempo entre cada permanente.
Evitá cepillos duros –plástico o metal– porque resquebrajan el pelo. Preferí los de cerdas naturales.
Elegí champués adecuados para tu tipo de pelo.
Evitá peinados demasiado tirantes.
No abuses del secador de pelo.
Tené una alimentación completa y balanceada que incluya hierro (la cantidad de hierro recomendada es de 18 mg. diarios), biotina (coliflor, leche, nueces), ácido fólico (espárragos, espinacas, cereales), zinc (huevo, carnes rojas y yogur) y vitamina C (cítricos, melón y ajíes verdes).
DATOS UTILES
Centro Schwanek de Recuperación Capilar (Germán Schwanek, kinesiólogo).
Tel: 4811-4061/65.
Centro Lidherma (Adriana Gurfinkiel, dermatóloga).
Tel: 4514-5500.
Miguel Angel Cisterna (tricólogo).
Tel: 0223-156-802773.
Informe: Paula Ikeda.
fuente: parati.com.ar
Mirá cuántos pelos se me cayeron, voy a quedarme pelada!”, repite Inés con el cepillo y un puñado de pelos en la mano. Y es que en esta época cada vez más mujeres nos preocupamos por la alopecía (caída del cabello). Pero, ¿hasta qué punto nuestra intranquilidad tiene que ver con una realidad patológica?. “Una verdad a tener en cuenta es que con la llegada del frío la caída del pelo es natural, siempre que pasemos de una temporada cálida a una fría, el cabello cambia para defenderse de las inclemencias climatológicas”, explica el tricólogo Miguel Cisterna.
Cada persona cuenta con aproximadamente 120.000 cabellos y, según los expertos, es muy difícil calcular cuántos se pierden por día. “Una caída diaria de hasta 100 pelos está dentro de lo normal –asegura la dermatóloga Adriana Gurfinkiel–, el problema se produce cuando se cae más de lo que crece y los ciclos naturales se alteran, el pelo cae en exceso, al tiempo que no se produce recambio”. Para Miguel Cisterna “no existe un número exacto de caída, todo depende de la densidad capilar y el tipo de cabello que tenga cada uno. Lo que sí debe vigilarse es que, a medida que nos adentremos en la estación, esto se estabilice”. Verificar que no haya problemas es sencillo: la mejor manera es lavar el pelo en la pileta y fijarnos si los pelos perdidos son largos.
“Es que los más viejos han vivido y deben caerse. El problema es cuando se caen los cortos o los más finos”, advierte el tricólogo Cisterna. Germán Schwanek, del Centro de Recuperación Capilar Schwanek afirma que “la cantidad no es algo que se pueda controlar contando. Las mujeres deben mirar si tienen la puntita clara, éso es lo que los une a la raíz, y es normal, si eso no ocurre es que se están desquebrajando. También hay que tener en cuenta que en otoño se produce una renovación natural: el pelo nuevo empuja al viejo y el porcentaje de pérdida aumenta al máximo, hasta llegar aproximadamente a ser el 2% del total”.
Si bien los cambios de temperatura influyen, hay otros detonantes que pueden incidir: “Perder el pelo puede ser síntoma de que algo está mal en el organismo. La persona puede estar con anemia, estrés o con un foco infeccioso poco claro, y es allí donde hay que recurrir sí o sí a un especialista”, aconseja Adriana Gurfinkiel.
Causas de la caída del cabello
Estrés: genera contracturas que impiden una buena irrigación de sangre al cuero cabelludo y una deficiente llegada de nutrientes. El cabello se debilita y cae. “Y el que crece es defectuoso o no hay recambio ya que no permite la multiplicación celular”, explica Germán Schwanek.
Falta de hierro: suele producirse en mujeres con menstruaciones abundantes o que están siguiendo una dieta poco balanceada y pobre en hierro.
Embarazo: el organismo sufre regulaciones hormonales y es común que aparezcan carencias como la descalcificación o falta de hierro.
Post parto: el cuerpo de la mujer sufre cambios y debe volver a equilibrarse. “La caída del pelo es normal hasta pasados tres meses, cuando el funcionamiento de las hormonas se normaliza y se recupera la cantidad de pelo perdida”, tranquiliza Adriana Gurfinkiel.
Menopausia: los cambios hormonales, la disminución del nivel de estrógenos y el aumento de la testosterona influyen sobre el folículo piloso. Un tipo de alopecía –en el área frontal– que puede haber comenzado desde la tercera década se acentúa más, especialmente en mujeres con cabello finito.
Exceso de tintura: no permite que el sebo nutra al cabello y al no poder hacerlo, las fibras se cortajean y se florecen o caen.
Trastornos en las tiroides: estas glándulas son fundamentales en todo lo que se refiere a la regulación del metabolismo. La caída del pelo aparece como un síntoma tanto del hiper como del hipotiroidismo.
métodos de recuperación del cabello
Suplementos dietéticos: a base de aminoácidos, hierro y vitaminas, para casos relacionados con la alimentación.
Mesoterapia: son pequeñas microinyecciones en el cuero cabelludo que introducen sustancias como pantenol, biotona o derivados hormonales que estimulan el folículo sebáceo y favorecen la microcirculación.
Gimnasia capilar: ejercita el cuero cabelludo, estimula al organismo de manera natural a través de ultrasonido, calor inducido y bioláser ayudando a aumentar el grosor del cabello y fortalecerlo.
Ondas capacitativas: estimulan la circulación del cuero cabelludo y permiten que los diferentes productos –lociones y máscaras– actúen mejor.
Como prevenir la caída del cabello
No exageres con los planchados con ácido, son muy agresivos.
Espaciá el tiempo entre cada permanente.
Evitá cepillos duros –plástico o metal– porque resquebrajan el pelo. Preferí los de cerdas naturales.
Elegí champués adecuados para tu tipo de pelo.
Evitá peinados demasiado tirantes.
No abuses del secador de pelo.
Tené una alimentación completa y balanceada que incluya hierro (la cantidad de hierro recomendada es de 18 mg. diarios), biotina (coliflor, leche, nueces), ácido fólico (espárragos, espinacas, cereales), zinc (huevo, carnes rojas y yogur) y vitamina C (cítricos, melón y ajíes verdes).
DATOS UTILES
Centro Schwanek de Recuperación Capilar (Germán Schwanek, kinesiólogo).
Tel: 4811-4061/65.
Centro Lidherma (Adriana Gurfinkiel, dermatóloga).
Tel: 4514-5500.
Miguel Angel Cisterna (tricólogo).
Tel: 0223-156-802773.
Informe: Paula Ikeda.
fuente: parati.com.ar
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